A13

A.J. Durant


Mis pensamientos flotan por encima de la multitud de personas que caminan a mi lado, cada persona caminando en una dirección diferente, cada persona sumergida en sus pensamientos, pero todas ellas saben a donde se dirigen mientras que Yo camino solo y sin rumbo fijo, no deseo llegar a ninguna parte en este momento. Caminar siempre ha aclarado mi mente. Hoy necesito caminar para pensar, para dejar que todos los pensamientos atrapados en mi mente salgan y vuelen libremente hacia el espacio.

Mis pies recorren la acera, mi mirada esta baja, con cada paso que doy voy contemplando la superficie que recorro, unas partes son de cemento, otras simplemente tierra, algunas cubiertas por el polvo, otras pulcramente limpias por la persona que es dueña de ese pequeño trecho. En esos momentos el suelo parece adquirir gran importancia, tal vez porque así me siento en ese momento, por los suelos, como ese trapo sucio y roto tirado en una orilla o el envase maltrecho que pateo.

La línea del camino que venía siguiendo ahora es borrosa, ese camino me llevaba a un futuro que esperaba con ansia pero ahora solamente es un esbozo de un plan que nunca se concretará sin la otra mitad de mi vida, me encuentro solo nuevamente, no soy más que una cara más entre la multitud.

Me detengo frente a un lugar que ofrece consuelo y esperanza a algunas personas, permanezco observando la entrada, un arco amplio que al cruzarlo lleva a un pequeño jardín donde al fondo se ve la fachada de un recinto con angeles grabados a ambos lados de la puerta. Señoras y señores ofrecen un tributo al pasar frente a ese recinto. Para mi no se encuentra la salvación en ese lugar ni la esperanza de encontrar nuevamente mi camino, así que continuó mi camino sin rumbo.

Mis ojos ya no se posan en el suelo, sino hacia el frente, como si tratara de ver lo que hay en la distancia, a la lejanía, allá adelante en algún lugar debe estar el letrero que me indique cual es el destino que debo seguir, cual es la nueva ruta que debo tomar, solo espero que esa ruta me lleve a un mejor lugar que este en el que me encuentro.

Un hombre choca con mi hombro, a mi no me importa, continuo caminando, aunque siento su mirada sobre mi espalda, la culpa no ha sido mía, pero aún así cree que soy el culpable por no apartarme de su camino. Miro hacia el cielo, una paloma volando en lo alto, es blanca, como si fuera una señal de esperanza. Esperanza de una nueva vida, esperanza de un nuevo amor.

Mi mente se encuentra más clara que al inicio de mi recorrido, la bruma de mis pensamientos se ha disipado lentamente, aunque no del todo, pero me siento más tranquilo, he caminado varios kilómetros, es tiempo de volver a casa, no encontré lo que buscaba, al menos no aún, el tiempo transcurrirá y algún día veré nuevamente la línea del camino que me pertenece.

One Angel Falling at;
1:31 p.m.