A13

A. J. Durant

Las musas devoran lenta y cuidadosamente cada letra que brota de los labios, atado me encuentro por el fuego que Prometeo trajo cruzando entre tragedias griegas, mi cabeza divaga, saltando sobre brasas ardientes en el frenesí de pensamientos revueltos por las olas de la existencia, imperfecto es el tiempo cuyas manecillas no son útiles en la medida de la razón humana.

Atado a la roca de la verdad, palabras soeces brotan de la fuente, la impertinencia se grabó bajo la lengua desde el nacimiento, vive junto al sarcasmo, ocultos bajo la luz de día que entra a la boca, como un geiser brota inesperadamente sin itinerarios fijos, a veces hiere sarcásticamente, la verdad siempre duele cuando se le ha mantenido encerrada en las catacumbas de la mente sobreviviendo a las ratas que viven de pensamiento basura.

La verdad absoluta es diferente para cada ente, nacer para morir no es el destino del ser humano, vivir para aprender es la realidad, lo he meditado una y otra vez mientras Cronos consume mi vestimenta.

Moriré con la sabiduría escurriéndome de los labios.

One Angel Falling at;
5:12 p.m.